domingo, 27 de enero de 2013

César Medina: “Me preocupa el periodismo de hoy”

SANTO DOMINGO.- El sonido de los rifles expulsando las balas para tranquilizar a una masa violenta y rebelde que el Gobierno no podía controlar con palabras llamando a la paz; gente ensangrentada en el pavimento, lucha de poder, sectores políticos enfrentados e intervención silente de los Estados Unidos fue el escenario en el que se iniciaron los periodistas de la generación de César Medina, en 1970.

Todos los días cuando salía de su casa para el periódico Ultima Hora, con apenas 19 años y todo el entusiasmo de un novato, en tiempos en que muchos morían en la búsqueda de la noticia, su madre lo despedía con mucha efusión temiendo no volver a verlo.
En esa época a ningún padre ni madre le gustaba que sus hijos escogieran esa carrera porque sus vidas estarían en un “hilito”, pero César Medina ya era periodista cuando comenzó a ejercerlo, pues siendo todavía un adolescente producía un periódico en su barrio Ciudad Nueva.
“Comencé el periodismo en momentos difíciles. Pertenezco a la segunda generación del periodismo post trujillista, 1970, hace 43 años, y me inicié como redactor del periódico Última Hora .
Ya había tenido experiencia como corresponsal en San Cristóbal. Trabajaba en ua saa de cine de allí, pero me interesé por buscar noticias”, relata recordando sus inicios en la profesión.
Este revolucionario reportero de ayer y de hoy entiende que el antes y el después en materia periodística no se pueden comparar porque aquélla (la era de Balaguer) era una época de represión de parte de los organismos del Estado contra la izquierda, la “guerra fría” que luchaba por ganar espacio y, por otro lado, la activa participación de la CIA en los asuntos internos.
“Llegó un momento en que todas la agencias de inteligencia estaban fiscalizando cada movimiento, cada figura, cada partido, cada periodista, todo lo que se movía, lo que llevó al pugilato de los grupos de poder a una guerra interna en el país y nosotros tuvimos que cubrir todo eso”, recuerda.
Según explica, hubo un momento en que el Movimiento Popular Dominicano y el Partido Comunista se declararon en guerra y se mataron a más de 80 personas porque donde quiera que se encontraban se entraban a tiros. La Policía había infiltrado gente entre ambos grupos para provocar rencillas y justificar su presencia en el territorio y los periodistas tuvieron que decir todo eso, y señalar personas con nombres y apellidos e investigar cada caso.

La clave del éxito
“Yo siempre estaba en el medio, pero nunca pensé que me iban a matar”, expresa con satisfacción el hoy empresario de la industria televisiva que comenzó, como todos los de su época, cubriendo la crónica roja relacionada con los crímenes políticos, que era la que proporciona los titulares de primera página.
De acuerdo con su relato, esa fue una etapa de aprendizaje, corriendo todos los riesgos, muy diferente a la de ahora, donde la violencia es pura y simple delincuencia, pero en aquellos tiempos había que ser periodista de vocación y de servicio, y había que servir para eso.
“Yo puedo decir que fui un reportero feliz en esa etapa de mi vida. La televisión me ha dado la proyección y me ha permitido desarrollarme como empresario de la comunicación y me encanta la columna que escribo en el Listín Diario, la cual trabajo con mucho esmero, aunque el periodismo que me dejó marcado fue el de los años ‘70. Describe ese periodismo de los ’70 como el oficio de los jóvenes que sabían gramática y les gustaba la lectura, pero, sobre todo, que tenían aptitud para el periodismo, a quienes sacaban prácticamente del horno porque la mayoría era muy joven y tuvo que asumir muchas responsabilidades políticas porque estaban obligados a hacerlo en ese momento, arriesgando la vida.
En opinión de César Medina, para ser periodista sólo se necesita el sentido común.
Primero tener qué decir; segundo tener actitud para decirlo y, tercero, saber cómo decirlo. Esto último cae en el tercer plano y es lo que se aprende en la universidad.
Sin embargo, agrega que en estos tiempos hay más tecnología al alcance de los periodistas, más fuentes de empleos, mejores salarios, nuevas técnicas de redacción, jefes más complacientes, un ambiente de paz en el país, pero se ha perdido lo principal, que es la vocación de servicio.

La diferencia
El veterano periodista dice que no quiere generalizar pero si se pasa balance al periodismo de hoy, no es para sentir satisfacción. En su reflexión, ahora se tiende a la comercialización del talento, cuando en el pasado el mayor premio del periodista era llevarse el titular de primera plana o que su nombre saliera en una de las principales páginas.
Remontándose a 40 años atrás, explica que si bien es cierto que ahora puede haber periodistas más actualizados, más dinámicos y muy bien puestos ante las cámaras de televisión, la mayoría se esfuman a los pocos años porque no tienen la vocación del periodista real .
Recuerda que en la época fuerte del presidente Joaquín Balaguer la mayoría de los periodistas ejercían y después lo estudiaban. Se iban al Instituto Dominicano de Periodismo y algunos llegaron a la Universidad Autónoma, donde esa carrera era muy precaria porque no había cultura para esos estudios precisamente porque el reportero se hacía en la calle, no en las aulas.
En su caso estudió tanto en el referido instituto como en la Universidad de Ecuador, donde hizo una Maestría en Planificación de la Comunicación, consolidando lo aprendido cuando fue reportero cubriendo las fuentes de la Policía Nacional, la justicia y las instituciones del Estados que circundan el Centro de los Héroes.

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