domingo, 7 de junio de 2009

El difícil día a día de los cubanos visto por un ex corresponsal español / Javier Nieto-Remolina

El día a día de Cuba, del país "que está a punto del estallido social", de su pueblo tratando sin cesar de "resolver" la supervivencia, ha quedado plasmado en el libro "Los funerales de Castro", un extenso reportaje que un periodista español escribió en secreto mientras vivía en la Isla.

Vicente Botín, corresponsal de Televisión Española en La Habana entre 2005 y 2008, no ha dejado en el tintero prácticamente ningún tema que tenga que ver con la política, la economía, la cultura y la sociedad cubanas, aderezando los temas con estrofas de boleros, testimonios de la gente, cifras oficiales, citas de la prensa estatal o de las autoridades e informes varios.

Poco antes de presentar el libro este sábado en la Feria del Libro de Madrid, Botín ha desgranado en una entrevista su parecer sobre Cuba y los cubanos, que "se quedaron colgados de la brocha -dice- cuando los rusos se llevaron la escalera" al caer la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).

Los "funerales" del título aluden al fracaso de la revolución que Fidel Castro lideró hace medio siglo con las promesas "de construir un país con una democracia y una situación social diferentes", pero que al final, dice el periodista, "se ha convertido en su cortijo privado".

Botín quería contar cómo vio la cotidianeidad de los cubanos, que casas habitan, cómo se curan, qué comen, cómo estudian, cómo se las arreglan para manejar la doble moneda, el peso y el 'peso convertible', o la cartilla de racionamiento, con la que se puede comprar leche para un niño "sólo hasta que este tenga siete años".

"Y qué va a tomar ese niño a partir de entonces?", se pregunta el periodista, si, como dice, el litro cuesta en el mercado negro el equivalente a tres euros (unos 4 dólares).

En medio de esa situación "imposible" se da lo que los cubanos llaman "resolver", de lo que viven, "que en realidad es robar -dice Botín-; los cubanos roban de todo y luego lo introducen en el mercado negro".

Su pronóstico para la Cuba posterior a la desaparición de Fidel Castro, es que su hermano, Raúl, el presidente, establecerá reformas económicas como las que ya puso en práctica en los años 90, durante el 'Periodo Especial', pero que Fidel paralizó antes de que los propios cubanos, "embelesados con la divisa (el dólar)", acabaran con la Revolución.

Con respecto a Estados Unidos, Botín cree que el presidente, Barack Obama, "ha entendido bien" la situación y está llevando a cabo un acercamiento con Cuba valiéndose de medidas de tipo social "que pueden abrir un frente".

"El hecho de que vayan más extranjeros (a la Isla) provocará en los cubanos el deseo de más apertura", dice el periodista.

Vicente Botín empezó a escribir poco tiempo después de llegar a la Isla. "Había muchos libros sobre Cuba pero pocos -dice- que contaran desde dentro cómo es la Isla y las condiciones de vida del pueblo cincuenta años después del triunfo de la Revolución".

Y para llevar a cabo su proyecto debió "tomar medidas", teniendo en cuenta que ya antes un periodista francés había sido encarcelado por escribir dentro de territorio cubano, donde "para cada periodista extranjero hay treinta agentes de la seguridad del Estado", dice Botín citando a la ONG Reporteros sin Fronteras.

En Cuba, explica, los periodistas están muy vigilados; tienen controlado el teléfono e internet, micrófonos en casa, son sometidos a seguimientos y están siempre amenazados,

Así que decidió no contárselo a nadie; cargaba con su computador a todas partes, mantenía escondidas varias copias en memorias portátiles y aprovechaba los viajes de amigos fuera de la Isla para "sacar" del país el material escrito.

A quienes le reprochan que por qué escribe ahora cosas que no contó antes, Botín les contesta que, ante las amenazas que sufren los periodistas, un corresponsal residente en la Isla no tiene más remedio que "seguir la línea" y preferir siempre el envío de "una crónica posible antes que una prohibida".

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