lunes, 8 de junio de 2009

Doce años de trabajos forzados a dos periodistas de EEUU en Corea del Norte

SEÚL.- Dos periodistas estadounidenses fueron condenadas a doce años de cárcel en Corea del Norte por entrar "ilegalmente" al país, según anunció este lunes la prensa del régimen, en un marco de incremento de tensión internacional por el reciente ensayo nuclear del país comunista asiático.

"El proceso confirmó el grave crimen que cometieron contra la nación coreana al cruzar ilegalmente la frontera", indicó la agencia oficial KCNA, recibida en Seúl.

Según KCNA, tras cinco días de juicio el tribunal encargado del caso "condenó a cada periodista a 12 años de reeducación por el trabajo". Podrían recluirlas ahora en uno de los más tenebrosos campos de trabajo forzado de Corea del Norte.

En un juicio celebrado celebrado entre el 4 y 8 de junio en Pyongyang, la Corte Central de Corea del Norte, máxima instancia judicial del país, ha declarado culpables a Euna Lee, de origen coreano, y Laura Ling, de origen chino, por haber realizado «actos hostiles» contra el Estado, además de entrar ilegalmente.

El juicio se ha celebrado sin la presencia de ningún observador internacional, según informó el embajador sueco en Pyongyang al Departamento de Estado, puesto que ambos países no tienen ningún tipo de relación diplomática desde la guerra que les enfrentó a inicios de los años cincuenta.

Precisamente, el embajador sueco es el único contacto que han tenido con el exterior, pues éste pudo visitarlas en dos ocasiones, el 30 de marzo, y el 15 de mayo. Aunque Pyongyang asegura que han dispuesto de un abogado defensor, se ha negado a proporcionar su nombre.

"El juicio confirmó el grave crimen que han cometido contra la nación coerana, y su entrada ilegal, por lo que cada una ha sido sentenciada a 12 años reforma a través de trabajos", reza una nota pública emitida por los medios oficiales del país.

La estadounidense-coreana Euna Lee y la chino-estadounidense Laura Ling, ambas de la televisión californiana Current TV, fueron detenidas el 17 de marzo por haber cometido "actos hostiles", según Pyongyang, y haber penetrado de forma ilegal en el territorio norcoreano.

Estados Unidos expresó de inmediato su preocupación, tras conocerse la sentencia.

"Estamos muy preocupados por la información de la condena de dos ciudadanas estadounidenses periodistas por las autoridades norcoreanas, y estamos usando todos los canales posibles para asegurar su liberación", afirmó el portavoz del Departamento de Estado Ian Kelly en un comunicado.

La secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, ya había llamado el viernes al régimen de Pyongyang a liberar a las dos mujeres y a "permitirles volver a sus casas lo antes posible".

La organización de defensa de los derechos humanos Amnistía Internacional (AI) emitió sus dudas acerca de que las dos reporteras pudieran beneficiarse de un juicio equitativo.

Clinton también dio a entender que el gobierno del presidente del país, Barack Obama, estudiaba enviar a Pyongyang al ex vicepresidente Al Gore, director de Current TV, para tratar de obtener la liberación de las periodistas.

Washington había obtenido en los años 90 que Corea del Norte liberara a dos ciudadanos norteamericanos: un hombre sospechoso de espionaje y el piloto de un helicóptero militar derribado en el espacio aéreo norcoreano.

Las dos periodistas pudieron llamar por teléfono a sus familias el 26 de mayo. "Tienen mucho, mucho miedo", refirió Lisa, la hermana de Laura Ling.

Los periodistas que quieren entrar en Corea del Norte, uno de los países más herméticos del mudo, deben solicitar un visado especial, raramente otorgado, y son estrechamente vigilados durante su permanencia en el país.

Según expertos, el régimen norcoreano debería utilizar a las dos periodistas como moneda de cambio para presionar al flamante gobierno de Obama con el fin de entablar conversaciones directas entre los dos países.

"Las condenas son más duras de lo previsto" y "pretenden enviarle un mensaje fuerte a Estados Unidos para decirle que el asunto es serio (...) y para llevarlo a la mesa de negociaciones", dijo Yoo Ho-Yeol, experto en cuestiones norcoreanas de la Universidad de Seúl, la capital de Corea del Sur.

Laura Ling, que ha estado encarcelada durante tres meses en Corea del Norte, una de las naciones más aisladas del mundo, le escribió a su familia que "había llorado mucho" en los primeros días que siguieron a su arresto por los guardias fronterizos norcoreanos.

"Ahora lloro menos. Trato con mucho esfuerzo de pensar en cosas positivas, pero algunas veces me es muy difícil", destacó la joven californiana de 32 años en una carta que le fue enviada desde Pyongyang a su familia hace dos semanas.

Los familiares de las periodistas pidieron el domingo en una declaración que los gobiernos de Estados Unidos y de Corea del Norte mantengan el caso de las periodistas aparte de cualquier posición geopolítica.

Las sentencias fueron pronunciadas en un contexto de viva tensión internacional desde el segundo ensayo nuclear llevado a cabo por Corea del Norte el pasado 25 de mayo, que fue condenado por la ONU.

Pyongyang procedió luego a una serie de disparos de misiles de corto alcance y anunció que ya no se consideraba vinculado al armisticio de 1953 que puso fin a la Guerra de Corea.

El régimen norcoreano se retiró igualmente de las negociaciones multilaterales sobre su programa nuclear, en respuesta a la condena emitida por la ONU por un tiro de misil el pasado 5 de abril.

Las conjeturas sobre nuevos ensayos de misiles se incrementaron este lunes, cuando los guardacostas japoneses refirieron que Corea del Norte prohibió la navegación frente al puerto de Wonsan (este) durante doce horas diarias entre el 10 y el 30 de junio.

Hillary Clinton dijo el domingo que Estados Unidos "estudiaba" la posibilidad de volver a incluir a Corea del Norte en la lista de países que apoyan al terrorismo, de la cual había sido retirada en octubre de 2008 por el entonces presidente George W. Bush.

Además, los EEUU también podrían intentar bloquear el tráfico aéreo o marino de Corea del Norte para evitar que pueda importar o exportar secretamente armas o material nuclear, la principal fuente de ingresos de Pyongyang.

"Con dos periodistas detenidas en Corea del Norte, Estados Unidos tiene menos capacidad de maniobra en vista de que Washington ahora tiene que tomar en consideración la seguridad de las mujeres", dijo Yoon Deok-min, un catedrático del Instituto de Asuntos Extranjeros y de Seguridad Nacional, de Corea del Sur.

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